Beauraing y Banneux, ¿un mensaje dado en dos partes? Parte II

Casi inmediatamente después de las apariciones de Nuestra Señora en Beauraing, finalizadas el 3 de enero de 1933, una niña de 11 años, Mariette Beco (ver foto blanco y negro más abajo), fue testigo de una serie de 8 apariciones de la Santísima, más exactamente desde el día 15 de ese mismo mes y año hasta el 2 de marzo de ese año, 1933.

La Bella Señora estaba vestida de manera similar a como se apareció a Bernardette Soubirous en Lourdes: túnica y velo blanco brillante, con cinta azul celeste que caía con gracia desde la cintura, rosario blanco resplandeciente en su brazo derecho, y sólo se dejaba ver una rosa de oro en su pie (en Lourdes, la Señora Hermosa calzaba rosas de oro en ambos pies). En esta ocasión, la Virgen fue un poco más extensa en sus palabras, tanto para Mariette como para nosotros. Sus palabras fueron, en el orden:

• En la Primera aparición, domingo 15 de enero, la Virgen no dijo nada, pues la niña no había obtenido permiso de salir al jardín, donde se desarrollaron las apariciones subsiguientes.
  
• 1. Poussez vos mains dans l'eau. Cette source est réservée pour moi. Bonsoir, au revoir (Colocad vuestras manos en el agua. Esta fuente está reservada para Mí. Buenas noches, hasta luego). Segunda aparición, miércoles 18 de enero
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• 2. Je suis la Vierge des Pauvres. Cette source est réservée pour toutes les Nations ... pour les malades. Je prierai pour toi. Au revoir (Soy la Virgen de los Pobres. Esta fuente está reservada para todas las Naciones... para los enfermos. Oraré por tí. Hasta luego). Tercera aparición, jueves 19 de enero
• 3. Je désirerais une petite chapelle (Deseo una pequeña capilla). Cuarta aparición, viernes 20 de enero
• Hubo un intervalo en las apariciones, donde Mariette, acompañada de algunas personas, iban al lugar de las apariciones y se dirigían a la fuente.
• 4. Je viens soulager la souffrance. Au revoir (Vengo para aliviar el sufrimiento. Hasta pronto). Quinta aparición, 11 de febrero
  5. Croyez en moi ... je croirai en vous ... Priez beaucoup. Au revoir (Creed en Mí... Yo creeré en vosotros... Orad mucho. Hasta luego). Sexta aparición, miércoles 15 de febrero
  6. Ma chère enfant, priez beaucoup. Au revoir (Querida niña, orad mucho. Hasta pronto) Séptima aparición, lunes 20 de febrero
• 7. Je suis la Mère du Sauveur, la Mère de Dieu ... Priez beaucoup. Adieu (Soy la Madre del Salvador, la Madre de Dios... Orad mucho. Adiós) Octava y última aparición, jueves 2 de marzo

Al igual que en Lourdes, la Santa Madre legó para la sufriente humanidad una fuente de aguas milagrosas. Tanto en Banneux, caso que hoy nos ocupa, como en Beauraing, la Iglesia examinó cuidadosamente los hechos, pero al estallar la II Guerra Mundial, no fue sino en 1947 cuando aprobó canónicamente que en ambos casos se suscitaron hechos sobrenaturales por mediación de la Madre de Dios. en ambos casos, los frutos espirituales sobrepasaron toda expectativa y comprensión, pues muchas personas indiferentes, tibias y hasta incrédulas se reconciliaron con Dios, con la Virgen Santa, con la vida misma.

Cabe preguntarse qué circunstancias históricas estarían sucediendo para que la Santa Madre se apareciese, y en dos ocasiones muy seguidas, en Bélgica. Repasando los libros de historia contemporánea, y específicamente las cronologías, descubrimos que en ese año 1933, ya toda Alemania se encontraba bajo el influjo de los vientos de guerra (política, social, económica y moral) interna y externa bajo la máscara de un falso profeta mesiánico: Adolfo Hitler, quien en unas elecciones parlamentarias y con la totalidad de votos obtenidos a su favor, obtuvo todo el poder sobre la nación germana. Seis años más tarde, una Europa cautiva bajo el influjo nacionalsocialista (nazismo) era el escenario de la II Guerra Mundial. Aún hoy, en pleno siglo XXI, hay mucha tela qué cortar acerca de las nefastas consecuencias de la irracionalidad humana auspiciada por dicho movimiento político, que vió luz basado en doctrinas divisionistas nacionalistas y étnicas, el apoyo de engañadas y amenazadas clases burguesas, campesinos y la clase media urbana (obreros, artesanos, pequeños comerciantes y empleados) que compartían sentimientos antisocialistas y antisemitas. Existen ciertos movimientos, que nos recuerdan a esta malsana doctrina ideológica, de los que hay que cuidarse mucho...

Cuando la Virgen se anunció a sí misma como la Virgen de los Pobres, dicho concepto arroja una nueva lectura: los pobres no son solamente quienes carecen de bienes y asistencia económicos y sociales, LOS POBRES SON TODOS LOS QUE CARECEN DE LUZ, AMOR, CARIÑO Y NO TIENEN A DIOS EN SU CORAZÓN NI EN SUS ALMAS. Para ilustrar esto, recordemos que en Alemania el saludo destinado sólo a Dios, Jesucristo y a la Santísima Virgen, "Hail" (Santo, Salve, en español) se aplicó a Hitler, rindiendo esta palabra de adoración que se debe sólo a Dios, a Jesucristo, y la veneración a la Santa Madre, a él, un ser humano que arrastró a toda una nación, y casi a todo un continente, a la locura de la guerra, asesinando a multitudes de judíos, gitanos, católicos, obreros, sindicalistas, homosexuales, enfermos, ancianos, hombres, mujeres y niños, atentando contra la vida misma, sustituyendo la lectura de la Santa Biblia por la lectura de su libro autobiográfico Mi Lucha, libro que a todas luces disfraza la Verdad de Dios justificando tanta ceguera espiritual.

Muchas explicaciones quedan enmudecidas al ver bajo esta óptica el contexto de ambas apariciones marianas, las cuales, si bien ha pasado el tiempo, sus mensajes aún hoy siguen vigentes. Mientras el mundo enceguece aún hasta a quienes juegan el importante papel de seres transformadores de conciencia con sus juegos de odio, falsos ídolos y oscuridad, la Santísima Virgen María, Nuestra Madre, seguirá apareciéndose, recordándonos expresa o tácitamente los Mandamientos que Su Divino Hijo Jesús nos dejó: AMA A DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODO TU SER, Y AMA A TU PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO.

En el lugar de ambas apariciones se construyeron capillas para abrigar a los fieles venidos de Bélgica, Francia, los Países Bajos, Alemania, Reino Unido, Irlanda, España, Italia, y otros tantos países de Europa. El Papa Juan Pablo II honró con su visita a ambos santuarios marianos. Y aún hoy, a medida que se van conociendo las riquezas ocultas de ambas apariciones, el mensaje que la Santísima Madre de Jesús y Madre nuestra resuena en los oídos, con la sencillez de una flor de campo, con la fuerza del trueno y con el ímpeto de una brisa fresca.

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