Amig@ que visitas esta página

Te damos la más cordial bienvenida a esta bitácora, dedicada a la Santísima Virgen María y a Su Divino Hijo Nuestro Señor Jesucristo. Te pedimos que te unas a nuestra cadena de oración permanente, con oraciones, rosarios, misas, meditaciones, ayunos, etc., lo que desees y puedas hacer, por nosotros, por ti y tus necesidades y angustias, y sobre todas las cosas, por la paz del mundo entero y la paz de tu país. Nunca olvidemos dar las gracias a Dios, porque es Él la Fuente Inagotable de todos los milagros...
Los Amigos de la Fundación María Ecuménica

viernes, mayo 16, 2008

"Una Señora más brillante que el Sol"

Les presentamos una imagen realizada en Rusia. Se trata de un icono grande, capaz de presidir una iglesia. El mismo fue visto por Sor Lucía en varias ocasiones por medio de fotos y ella misma lo aprobó, aunque lamentablemente no pudo verlo concluido antes de su muerte acaecida el 13 de febrero del año 2005. En el mismo se representa a Nuestra Señora del Rosario de Fátima en forma de busto, como ocurre en los iconos marianos con veneración popular en Rusia, por ejemplo los de Vladimir (ver foto izquierda) o Kazán. Junto a eso, su característica principal es que se trata de una imagen llena de luz. La Virgen en Fátima estaba llena de luz, de una luz que —como decía Francisco— «es Dios». La llena de gracia es la llena de Dios, y en Fátima es la llena de luz: una Señora más brillante que el sol. Este aspecto acerca mucho a Fátima a la teología del icono.

Se dice que el primer icono que todo iconógrafo debe pintar es el de la Transfiguración, para aprender que mediante el resplandor de Dios reflejado en los vestidos blancos del Cristo ortodoxo transfigurado, el icono debe acercar el mundo divino a los hombres, la luz de Dios a la tierra. Eso mismo es lo que ocurre con la Virgen de Fátima.

Un Corazón rodeado de espinas

El icono lleva incorporado en su parte central un medallón con la palabra «sertse» (corazón) en caracteres paleoeslavos. Así propuso Ivan Lvovich salvar la dificultad que la sensibilidad ortodoxa tiene para colocar un corazón en un icono, pues lo considera algo demasiado carnal. Las letras, sin embargo, comunican la misma realidad —el Inmaculado Corazón de María— pero mediante un procedimiento de expresión simbólica acorde con la tradición iconográfica oriental. El corazón rodeado de espinas indica el amor que María tiene a los hombres y el dolor que le produce la poca correspondencia que éstos ofrecen al amor de Dios. El remedio a este dolor nos lo ofrece María en sus manos, que nos presentan un rosario al que el iconógrafo quiso dar un color violeta, para que así reflejase la idea de la cruz que todo cristiano debe aceptar para seguir al Señor. De este modo, el rosario teñido de violeta es como un resumen del mensaje de Fátima: oración y penitencia.

En el icono, además de las tradicionales letras MR ZY que indican la maternidad divina de María, se han escrito dos inscripciones. La superior indica la titularidad del icono: imagen de la Santísima Virgen de Fátima. La inferior izquierda, en caracteres más grandes, dice «Toboiu edinstbo», que significa «En ti la unidad».


El icono de Santísima Virgen María, Madre de Dios, del Rosario de Fátima


Vocación ecuménica del icono

Esta última expresión nos recuerda la vocación ecuménica del icono, que ha sido escrito aunando los esfuerzos de un sacerdote católico y un iconógrafo ortodoxo, intentando crear una imagen ante la que católicos y ortodoxos puedan rezar juntos. En ella se expresan dos ecumenismos importantes: el ecumenismo del Inmaculado Corazón de María y el ecumenismo del martirio, ambos muy relacionados con el mensaje de Fátima.

Efectivamente, para todos los que viven en Rusia, resulta innegable que el amor a María nos une a todos muy especialmente, así como es también manifiesto que en su Corazón Puro de Madre cabemos todos, y allí ya estamos unidos. Además, la llamada que el icono hace a la unidad está relacionada con el ecumenismo del martirio al que hace referencia el Tercer Secreto de Fátima, al relatarnos el martirio de la Iglesia durante el siglo XX. Si se conoce la historia de Rusia, y cómo en los gulags soviéticos ortodoxos y católicos sufrieron juntos el martirio, por primera vez convivido en amistad, nadie podrá dudar de que los mártires de la visión de los pastorcillos en Fátima incluyen a fieles de una y otra confesión. El icono de la Madre de Dios de Fátima quiere ser, en ese sentido, un servicio a la unidad de la Iglesia, en la persona de María, bajo la advocación de Fátima.

Por último, conviene señalar que el icono será colocado en breve en la parroquia católica de San Juan Bautista de Tsarskoe Selo (Pushkin, San Petersburgo), pero el proyecto —si la Virgen quiere que el icono alcance la suficiente veneración— consistiría en construirle una pequeña capilla de madera que, a su vez, fuese el inicio del primer santuario dedicado a la Virgen de Fátima en Rusia.

lunes, mayo 05, 2008

Nuestra Senora, nuestra esperanza en cualquier necesidad

La virtud del peregrino es la esperanza; sin ella dejaría de caminar o lo haría cansinamente. La Virgen es nuestra esperanza, pues nos alienta continuamente a seguir adelante, nos ayuda a superar los momentos de desaliento, nos saca adelante maternalmente en las circunstancias más difíciles. Siempre que acudimos a Ella -aunque sea con la brevedad de una jaculatoria, o con una mirada a una imagen suya- salimos reconfortados. “Incluso sin que nos demos cuenta, como hiciera con los esposos de Caná de Galilea, interviene siempre con solicitud y delicadeza de madre. Lo hizo de forma ejemplar en el misterio de la Visitación. Se explica, por tanto -continuaba Juan Pablo II-, que resuene a diario en todos sus santuarios el acento melodioso del saludo a la Señora, a la Reina, a la Madre, a la depositaria de la esperanza que alienta a los peregrinos: Deu vos salve, vida, dolcesa i esperanca nostra “ (JUAN PABLO II, Discurso en el Santuario de la Virgen de Montserrat), Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra... Así podemos saludarla en muchas ocasiones.

Nuestra Señora fue motivo de alegría, de paz y de esperanza para todos mientras estuvo presente aquí en la tierra. El sábado santo, cuando con la Muerte de Jesús se hizo la oscuridad más completa sobre el mundo, sólo quedó encendida la esperanza de María. Por ello, los Apóstoles se congregaron bajo su amparo. Ahora, desde el Cielo, “con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos ala patria bienaventurada” (CONC. VAT. II, Const. Lumen gentium, 62). San Bernardo explica bellamente que la Virgen es el acueducto que, recibiendo la gracia de la fuente que brota del corazón del Padre, nos la distribuye a nosotros. Este hilo de agua celestial desciende sobre los hombres, “no todo de una vez, sino que hace caer la gracia gota a gota sobre nuestros corazones resecos” (SAN BERNARDO, Homilía en la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, 3-5), según nuestra necesidad y los deseos de recibir. La Virgen nos reconforta siempre y está presente cuando necesitamos protección, pues esta vida es como una larga singladura en la que hemos de padecer vientos y tormentas. Ella es puerto seguro, donde ninguna nave naufraga (SAN JUAN DAMASCENO, Homilía en la Dormición de la Bienaventurada Virgen María). No dejemos que entre la rutina en esas devociones con las que cada día nos acogemos a su protección: el Angelus, el Santo Rosario, las tres Avemarías para pedir por la santa pureza de todos, la devoción del escapulario... Cuando hacemos alguna romería, o vamos a buscar su intercesión en algún santuario o ermita a Ella dedicada, nos acoge con especial misericordia y amor.

Amor Eterno (Mi Virgen Bella) cantado por Marianella Oráa