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Te damos la más cordial bienvenida a esta bitácora, dedicada a la Santísima Virgen María y a Su Divino Hijo Nuestro Señor Jesucristo. Te pedimos que te unas a nuestra cadena de oración permanente, con oraciones, rosarios, misas, meditaciones, ayunos, etc., lo que desees y puedas hacer, por nosotros, por ti y tus necesidades y angustias, y sobre todas las cosas, por la paz del mundo entero y la paz de tu país. Nunca olvidemos dar las gracias a Dios, porque es Él la Fuente Inagotable de todos los milagros...
Los Amigos de la Fundación María Ecuménica

lunes, enero 16, 2006

17 de enero: Nuestra Señora de la Esperanza
se apareció hace 134 años,
y el Cielo se abrió, en Pontmain


En 1871, Francia se encontraba en una guerra terrible con Prusia (actualmente Alemania) y casi todo el territorio se encontraba bajo la bota de los militares prusianos. París estaba asediado y la vida de los aldeanos y campesinos corría grave peligro. A nivel de política interna, el ateísmo histórico, que luego pasó a conocerse como Comunismo, había hecho estragos socio-político-económicos tan graves como el régimen anterior, el Segundo Imperio. Ante este panorama desolador, ¿a quién recurrir? Unos campesinos del pueblo de Pontmain, cerca de Laval y Le Mans, en la Bretaña francesa, encontraron la respuesta de la mano de 6 niños, 3 niños y 3 niñas, entre los 2 años y medio y los 13 años: A JESÚS POR MARÍA.
Hacía tiempo que la vida cotidiana del pueblo transcurría entre sobresaltos por las noticias del frente de guerra, los quehaceres de las granjas y los telares, y los actos devocionales tanto públicos como privados. Todos estaban preocupados por los 38 jóvenes del pueblo que habían sido reclutados para defender el territorio francés. Los prusianos habían llegado a las puertas del vecino pueblo de Laval. Las noticias no eran alentadoras. Los niños Eugenio (13 años) y José Barbedette (10 años), como hacían desde que su hermano mayor, Augusto, fue reclutado en el ejército francés, habían transcurrido ese día martes 17 de enero como lo hacían de lunes a sábado: desayuno, ayudar en los quehaceres del hogar, oración, misa, almuerzo, oración, ayudar a su padre en la granja, y prepararse para la cena, ya a eso de las 6 de la tarde. una vecina de los Barbedette entró a la casa para dar las noticias que venía de recibir, cuando Eugenio salió un momento para ver cómo y cuánto había nevado. El cielo invernal estaba cuajado de estrellas muy brillantes y sin nubes, y la nieve ya se había asentado en tierra, cuando el niño de 13 años vió a "una Gran Señora Hermosa", pálida, brillante, con los brazos abiertos, le hacía señas para que se acercara.
La Gran Señora Hermosa estaba flotando encima de la casa del frente, rodeada de 3 brillantes estrellas. Ella vestía una túnica azur (azul oscuro) sembrada de resplandecientes estrellas doradas, con unas zapatillas a juego, llevaba un velo negro que cubría sus cabellos y portaba reluciente corona dorada con una delgada línea roja en el centro. La Bella Dama le sonreía. La vecina sale acompañada del señor Barbedette y de José, cuando éste grita de júbilo: "¡Qué Señora tan hermosa está flotantdo en el Cielo!" Papá Barbedette y la vecina quedan atónitos, pues no ven nada, y llaman a mamá Barbedette, Victoria. Ella tampoco ve nada y ante la insistencia de los niños, manda a que todos entren y les sirve la cena. Pero no pasan cinco minutos cuando los padres mandan a ambos niños a mirar si la Dama sigue allí. Ellos salen contentos y gritan que sí, y que está más bella aún. Entonces Victoria va a la escuela de niñas huérfanas que está cerca de la iglesia parroquial y da aviso al cura y a las hermanas, y les pide que lleven a las dos niñas internas, para ver si ellas ven algo también, pero no les dice qué o a quién van a ver.
Al llegar al lugar, muchas personas del poblado estaban tratando de ver lo que los niños Barbedette decían ver, y la sorpresa es aún mayor cuando las dos niñas que venían con las monjas, Jeanne-Marie Lebosse y Françoise Richer, de 10 y 11 años respectivamente, dicen ver a "una Gran Señora Hermosa, vestida de azur y doradas estrellas, flotando en el Cielo". Un niño de 8 años y una pequeña de 2 años y medio en brazos de su madre también ven la misma aparición en el cielo. Los adultos ven que hay tres estrellas que brillan más que las demás, formando un triángulo. En ese momento, los niños todos dicen que se forma un óvalo blanquiazul alrededor de la Dama, y que hay una cruz roja en su pecho, en su corazón. Miles de estrellas comienzan a formar como un escabel a los pies de la visión. El párroco insta a todos a rezar el Rosario, mientras que las hermanas dicen a los presentes que era necesario que todos rezaran, pues el Cielo había juzgado dignos a los niños de revelarles la visión, a la que nadie puso en duda, sabiendo que se trataba de la Santísima Virgen. A medida que transcurrieron los rezos y los cánticos, la visión cambió.
De pronto, debajo de la aparición, se desplegó una especie de pancarta o estandarte blanco brillante, del largo del techo de la casa que estaba debajo de él, y, una a una, fueron apareciendo letras de oro que los niños repetían, hasta que se formó una primera frase: HIJOS MÍOS, REZAD (MAIS PRIEZ MES ENFANTS). Con renovado entusiasmo, rezaron y cantaron las letanías y otras invocaciones, cuando un carretero llegó con la noticia que Laval había caído bajo el poder de las tropas prusianas y que estaban cerca del poblado. Las oraciones se hicieron más fevorosas, y se fue formando, al lado de la frase anterior, letra por letra, otra frase, hasta que se completó lo siguiente: EN BREVE, DIOS OS ESCUCHARÁ (DIEU VOUS EXAUCERA EN PEUT DE TEMPS). Nuevos cánticos y oraciones se sucedieron, acompañados de momentos de la oración en silencio y contemplación, hasta que una frase, más grande en tamaño de letras, y corta en extensión, ocupó la parte inferior del cartelón, igualmente letra por letra: MI HIJO SE CONMUEVE (MON FILS SE LAISSE TOUCHER).
En este momento se reanudan las oraciones y los cantos, y la Santísima Virgen mueve los labios y las manos, como acompañando a sus hijos cantando. Más estrellas resplandecen en su vestido. Y luego, en un instante la Virgen se torna triste, y la cruz roja que había en su pecho se hace más y más grande, hasta mostrar una gran cruz roja con el Cuerpo de Jesús totalmente cubierto de sangre, y un letrero blanco que dice, en letras rojas: JESUCRISTO, y la muestra a los niños. Y en el óvalo que la rodea, la estrella superior del triángulo enciende cuatro velas que aparecen en ese mismo instante, hasta volver a su lugar. Nuevos momentos de oración contemplativa y silenciosa, esta vez a Jesús, dirigidos por el párroco. Al canto de Salve Estrella del Mar, la cruz desaparece, la Virgen vuelve a sonreir y abre sus brazos, mientras dos curces blancas a parecen en sus hombros.
A la sugerencia del párroco de hacer la oración nocturna de rodillas, el letrero desaparece, y luego, poco a poco, muy despacio, ve desvaneciéndose por un velo blanco de luz: la visión, el óvalo y las velas, la Virgen, las estrellas, toda Ella, de abajo hacia arriba, hasta que la luz también se extingue. Al consultar el reloj, el cura pregunta si aún la Señora continuaba allí, y los niños responden que la corona de la Virgen acababa de desaparecer y que ya no se veía más nada. El cura les dice a todos que son las nueve de la noche. ¡La visión había durado 3 horas!
Todos regresan a sus casas a dormir. Pero, igualmente, todos, los niños y los adultos, regresan a sus casas con el alma encendida en gran amor de Dios, con sus corazones llenos de paz y sin ninguna preocupación por el presente ni el futuro...
Pontmain se salvó de ser invadido por los prusianos, pues una orden de sus superiores les dice a los soldados enemigos que había una "Señora vestida de traje azur tachonado de estrellas doradas y velo negro" que les impedía seguir adelante hacia el pueblo vecino, suplicándoles que "dejasen en paz a sus pequeños", y que por tanto habían decidido no seguir más allá.
Diez días después, el 27 de enero, se firma el armisticio que pone fin a la guerra franco-prusiana, y al día siguiente, el 28, regresan al pueblo los 38 jóvenes reclutas, lo que hace que la noticia de la aparición de la Santísima Madre se riegue como pólvora por toda Bretaña y regiones cercanas. Cuatro de los videntes, por ser éstos de mayor edad, que ya hemos nombrado arriba, fueron interrogados, así como se recogieron testimonios sobre las 3 estrellas del cielo que todos los habitantes del pueblo vieron. Y en el curso de 5 años, la primera piedra de una grandiosa basílica se colocó en el lugar exacto de la visión celestial.
Todos los cuatro videntes, años más tarde, tuvieron sus destinos muy ligados a la Iglesia: los hermanos Barbedette se hicieron sacerdotes, Jeanne-Marie se hizo religiosa y Françoise se hizo ama de llaves de Eugenio y sacristana de su parroquia. Los otros dos niños tuvieron también particular destino: el pequeño de 8 años murió luego de hacer su Primera Comunión, y la pequeña de 2 años y medio, ya anciana, confirmó la visión que vivió cuando niña.
Les ofrecemos vistas del santuario y de la imagen que se venera en Pontmain, un tesoro del pueblo francés donde el Cielo se abrió ante la forma más sencilla de dirigirse a Dios: LA ORACIÓN DEL CORAZÓN.
La basílica
Peregrinación en verano
Tres vistas de la imagen de la Virgen de la Esperanza
Pueden escribirnos al correo mariaecumenica@yahoo.com.mx
para información, peticiones, peregrinaciones de un día y de tres días, y para colaboración con las obras sociales de la Fundación María Ecuménica. Igualmente, pueden llamarnos a los números (0212) 5524684, 2846331, 2371606 y celulares 04167129225 y 04168166488.

1 comentario:

Nayuf dijo...

Hola Enrique:
Muchas gracias por tu visita a mi Blog y especialmente por tus comentarios.
Los felicito a ti y a tu compañera por esa labor tan hermosa que no solo involucra llevar el mensaje de amor, fortaleza y temple de la Virgen, sino la oración, meditación y paz que genera su peregrinar en nuestros hogares. -LLevan consuelo para los afligidos, no solo de salud sino del alma -
Estaré muy pendiente del relato sobre los Arcanos que me ofreciste y ya me comentarás cómo estuvieron esas recetas :)
Bendiciones para ti Enrique y que el desinteresado trabajo que realizan les retorne multiplicado, ese bienestar que generan tu y tu equipo.

Amor Eterno (Mi Virgen Bella) cantado por Marianella Oráa