Patrono de la Iglesia Universal,
por el papa Pío IX en 1870
Patrono de la lucha contra el comunismo
y los comunistas,
por el papa Pío XI desde 1937
“José” es un nombre de origen hebreo, y significa “crecimiento”, y usualmente está asociado con productividad, riqueza y justa administración y distribución de los bienes económicos. En la Biblia, en el libro del Génesis, en el capítulo 41, José es uno de los 12 hijos de Jacob, vendido como esclavo por sus hermanos mayores, pero que por donde quiera que pasa deja una favorable impresión por su prudencia, su justicia, su sabiduría y su hermosa figura en Egipto, llegando incluso a administrar la riqueza del Faraón como Virrey.
En la tradición cristiana, San José es el esposo virginal de María, Madre de Jesús. Tenía su oficio de ebanista, carpintero y maestro de obras, tres oficios que se encierran en el término griego tekton. Ambos, José y María, descendientes de David, el gran rey de los judíos, estaban en plenos esponsales cuando un ángel, mensajero de Dios, anunció a María que Ella había sido elegida de entre las mujeres para una vocación especial: dar a luz en carne al mundo al Hijo Eterno de Dios, lo cual se cumplió 9 meses más tarde. Al nacer Jesús, José se volvió su padre nutricio, su primer educador, su maestro de vida, y por tanto, la cabeza visible, el guarda y custodio de la Sagrada Familia.
La breve descripción que encontramos de José es que era “justo”, término que encierra mucho más que “dar a cada quién lo debido”. Ser justo implica todo un conjunto de perfecciones que hacen que todo hombre sea digno ante los ojos de Dios: compañerismo, entrega, dedicación, amor incondicional, lealtad. Este hombre justo, pues, está de acuerdo y entregado a la Ley de Dios, en ser cómplice del milagro de Dios, y acepta criar a los hijos adoptados, prestados, heredados y propios como a hijos de Dios en la persona y divinidad de Jesús.
Es muy conocido por su fidelidad y compromiso con la Virgen María: ambos compartieron y aceptaron el misterio de la concepción y nacimiento del Divino Niño. Es bueno reflexionar sobre la sabiduría y la actitud de José. Pese a todos los indicios contrarios y su sufrimiento, él se mantuvo digno, lleno de coraje y respetó la privacidad de María, aunque su vanidad y su hombría estuvieran en riesgo. Prefirió sacrificar el amor que sentía por María pretendiendo partir secretamente, ser él el acusado en vez de el acusador. Indescriptible es la alegría, la maravilla y el gozo de José al saber la Fuente Divina del Misterio de la Encarnación que encerraba su amada en su vientre.
Manifestó José su responsabilidad hacia Jesús y su madre cuando los llevó a Egipto para salvaguardarlos de la furia del rey Herodes, rey de los judíos y aliado del imperio romano. Y, al igual que María, se inquietó por la pérdida temporal de su hijo cuando lo llevó, como es tradición entre los judíos, por primera vez al Templo (alrededor de los 12 o 15 años de edad). Estos son los pocos trazos de él que reseñan los Evangelios de San Mateo y San Lucas en sus primeros 2 capítulos.
La imagen de San José como fiel y humilde siervo influye en gran medida en la devoción y homenaje que le rinden los cristianos del mundo entero. Es el primero de los santos, después de la Virgen María, en la iglesia católica. Muchos santuarios, iglesias y parroquias, así como oratorios y ermitas, le están dedicadas, siendo el Oratorio de San José de Montreal, Canadá, el primero y más grandioso de todos en el mundo.
Tradicionalmente a San José se le atribuyen ocho funciones o títulos. Estos títulos son:
Guardián de los corazones puros y castos
Consolador de los que sufren
Modelo de los trabajadores y obreros
Sostén y nutricio de las familias
Esperanza de los enfermos
Patrono de los moribundos
Protector de la Iglesia Católica
Terror de los demonios
En 1937, en plena Guerra Civil española, entreviendo lo que ocurriría años después en el mundo, el papa Pío XI amplió el significado del último título atribuido a San José al nombrarlo Patrono de la lucha contra el comunismo y los comunistas, ideología y seguidores de la misma que, aunque preconizan la lucha por la justicia social, tanto en la teoría como en la práctica destruyen y desvirtúan la institución vital para la continuidad de la humanidad, LA FAMILIA, al arrebatarle a ésta la guarda, custodia, educación y orientación desde el mismo instante del nacimiento, de infantes y adolescentes, entre otras tergiversaciones, llegando incluso a la atrocidad de la total negación de la existencia de Dios y de su Divina Voluntad.
San José es el santo patrono nacional de:
- Austria, por el papa Clemente X en 1675
- Bélgica, por el papa Inocencio XI en 1679
- Bohemia (región de Alemania), por el rey y emperador Fernando III en 1655
- Canadá, por los hermanos agustinos recoletos en 1624, y confirmado por el papa Urbano en 1637
- China, y por ende de las misiones católicas chinas, por el papa Inocencio XI en 1678
- México, por el papa Inocencio XI, en 1679
- Perú, por el papa Pío XII en 1957
- Rusia, por el papa Pío XI en 1930
- Vietnam (del Sur, pues el del Norte era comunista) por el papa Pío XII en 1950
Igualmente, San José es el santo patrono de las siguientes diócesis y parroquias en el mundo:
- Diócesis de Cali, Colombia, por el papa Juan Pablo II en 1993
- Copatrono de la diócesis de Legnica, Polonia, por el papa Juan Pablo II en 1993
- Diócesis de Coatzacoalcos, México, por el papa Juan Pablo II en 1994
- Diócesis de San José, California, Estados Unidos, por el papa Juan Pablo II en 1984
- Parroquia de San José, Arquidiócesis de Caracas, Venezuela, por el papa León XIII en 1890
- Diócesis de Kalisz, Polonia desde la Edad Media
San José es el santo patrono de diversos gremios y profesionales que lo han escogido como tal:
- De todos los trabajadores y obreros en general, por los papas Benedicto XV (1919) y Pío XII (1955), e institución de la fiesta universal de San José Obrero el 1º de mayo
- De los ebanistas, carpinteros, artesanos, ingenieros, albañiles, yesistas, tallistas, desde la Edad Media; de contratistas, arquitectos y constructores desde el 20 de abril de 2003 por el papa Juan Pablo II
- De las Fuerzas Armadas canadienses, desde 1941
De igual manera, San José es el santo patrono de grupos de personas que lo invocan para que interceda por diversas situaciones, causas, o ambas cosas:
- De los que dudan, de quienes están en situaciones dudosas y ante toda clase de duda
- De los padres, por el papa León XIII
- De quienes compran casa
- De los comprometidos por causas a favor de la justicia social, por el papa Pío XI
- De la lucha contra el comunismo y los comunistas, por el papa Pío XI en 1937
- De los moribundos, para obtener una muerte serena
- De las familias
- De las parejas de casados, por el papa Pío XII en 1956
- De los pioneros
- De los viajeros y viajantes, para obtener seguridad en los viajes
Existen muchas enseñanzas, a cual más útil, dentro de las vidas aparentemente sencillas salpicadas de hechos extraordinarios, de San José, la Virgen María y Jesús en su infancia y adolescencia. La primera, es que DIOS SIEMPRE TIENE DESIGNIOS PROVIDENCIALES PARA CADA UNO DE NOSOTROS. Otras enseñanzas se derivan de la propia vida cotidiana de la Sagrada Familia: la oración contemplativa, estudiando y meditando los textos sagrados y rezando las oraciones, y la oración activa, a través del trabajo diario y el cumplimiento de los quehaceres y deberes individuales, familiares, comunitarios, sociales y nacionales, se complementan y sostienen mutuamente. El cariño, el respeto, el fino buen humor, la alegría, la admiración, la prudencia, la modestia, la humildad, la templanza, la justicia y la obediencia, entre ellos mismos y para con sus familiares, vecinos y amigos, son virtudes que podemos, y debemos, imitar de la Sagrada Familia. Las razones sobran...
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