
Hoy los zulianos están de fiesta, y con ellos toda Venezuela, pues un día como hoy, del año 1709, una humilde devota de la Virgen Morena, molendera de cacao, tuvo la Gracia Divina de encontrar una sucia tablita que flotaba en el Lago de Maracaibo. Al ver que la misma parecía tener unos trazos de unas figuras, pensó que era un pequeño retablito que antaño tenía imágen de algún santo celeste, y en lugar de destinar la tablita para el fuego o como tapa de algún cántaro, le dió honroso lugar en su oratorio privado. El cielo la recompensó, pues al día siguiente, al escuchar unos ruidos como de trueno que venían de su oratorio, al entrar vió que la tablita estaba iluminada, y que se aparecían la Santísima Virgen con el Niño Jesús en brazos, acompañada de San Antonio de Padua y del Apóstol San Andrés. Al grito de: "¡Milagro! ¡Milagro!", todos en la vecindad salieron corriendo a ver el prodigio. Y comenzaron los milagros. Curaciones, conversiones, reconciliaciones y reencuentros, hicieron que a los dos años del suceso se trasladara la imagen para la Catedral de Maracaibo, pero la tablita adquirió un peso tan extraordinario que a la sugerencia de llevarla a la iglesia de San Juan de Dios, la tablita volvió a su peso normal, y desde ese entonces, con sucesivos arreglos, construcciones y renovaciones, en el mismo lugar, la Virgen de Chiquinquirá, la Chinita, ha estado velando, cuidando, protegiendo, y recibiendo toda la devoción de un pueblo noble y digno de imitar en sus virtudes como los habitantes del Zulia.
Ya la devoción era conocida en la región desde comienzos de los años 1600, pues en ese tiempo el Zulia pertenecía al Virreinato de la Nueva Granada. Un suceso similar, la renovación de un cuadro de la Virgen tal cual como aparece en la foto de arriba, antaño borrado, se dió en Julio de 1560 cerca de Bogotá. El que aparezcan San Antonio de Padua y San Andrés es porque quienes mandaron a pintar el cuadro originalmente eran corregidores de una encomienda indígena y el desconocido pintor agregó los santos patronos de sus comanditarios. La Virgen María está representada como "la Mujer vestida del Sol, con la Luna bajo sus pies", con el Niño Jesús en sus brazos, mirándose dulcemente, ambos coronados, la Santa Madre con un cetro y un Rosario, señalando que dicha devoción, contemplativa, vocal y meditativa, es de su total agrado, tanto para Ella como para Su Divino Hijo.

Aquí les dejamos, como regalo, la imagen de la Virgen de Chiquinquirá en su trono, que en idioma indígena quiere decir "aguas sagradas curativas".