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Te damos la más cordial bienvenida a esta bitácora, dedicada a la Santísima Virgen María y a Su Divino Hijo Nuestro Señor Jesucristo. Te pedimos que te unas a nuestra cadena de oración permanente, con oraciones, rosarios, misas, meditaciones, ayunos, etc., lo que desees y puedas hacer, por nosotros, por ti y tus necesidades y angustias, y sobre todas las cosas, por la paz del mundo entero y la paz de tu país. Nunca olvidemos dar las gracias a Dios, porque es Él la Fuente Inagotable de todos los milagros...
Los Amigos de la Fundación María Ecuménica
Los Amigos de la Fundación María Ecuménica
viernes, agosto 15, 2008
Hoy 15 de agosto, Asunción de la Virgen María al Cielo...
La Iglesia, desde los primeros siglos (especialmente en los siglos V y VI), profesó pública y pacíficamente la fe en la Asunción de María Santísima, en cuerpo y alma, a la vida celestial, como se deduce de la Liturgia, de los documentos devotos, de los escritos de los Padres y de los Doctores.
En este día solemne, donde se derrama tanta Gracia Divina, nos debe inclinar a meditar en la poderosa intercesión de Ella por nosotros en el Cielo, ofreciendo para esta humanidad, doliente, confundida, enferma, etc., una esperanza de salvación, y un gran compromiso con Dios y con toda vida. Ella, que nació sin pecado original, fue exenta de sufrir la corrupción de la muerte, y al ser llevada en cuerpo y alma al Cielo, anticipó el destino de todos los creyentes. Este día es una exaltación de alegría, gracia y curación, por lo que al abrir nuestros corazones al Amor y solicitar la Gracia de la Santísima Virgen María para nosotros, estamos acercándonos más al Espíritu maternal de Dios que está en nosotros mismos.
Santísima Virgen María, Bendita Madre de Jesucristo, Señor de los cielos y la tierra, y Amada Madre de todos nosotros, tú, que te sometiste a la Voluntad de Dios para portar el fruto de nuestra salvación, ruega por nosotros. Tú, que aceptaste una Voluntad superior a la tuya con el fin de que toda la humanidad pudiera elevarse, ruega por nosotros. Te imploramos que acojas nuestras humildes peticiones de gracia, amor, curación y valor. Amén
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