
Dicho Rosario al Divino Niño Jesús data de finales del siglo XIX, y ha sido enriquecido con oraciones adicionales, pero en esta ocasión, nos ceñimos a las que se le hacen al Divino Niño en Colombia, esto para que nos unamos de corazón y en oración con nuestros hermanos por las tantas necesidades, sobre todo por la paz y la reconciliación que tanta falta les hace. Para este rosario se emplea un rosario común.
Oración Inicial
Oh Dios, que por amor a nosotros nos ha enviado a tu Divino Hijo Jesús como nuestro Salvador y Redentor, te pedimos que por mediación de los méritos de tu infancia, se acreciente nuestra fe y abundemos en las buenas obras. Por Cristo Nuestro Señor, Amén.
En lugar del Padre Nuestro se reza:
Niño Bendito, Jesús Glorioso, merced te pido cual Rey Poderoso: que todas nuestras penas se conviertan en gozo, pues eres Dios Todopoderoso.
En lugar del Ave María se reza:
Virgen y Madre de Dios, ¿qué aguinaldo darás Tú a quien mil veces te llama Virgen y Madre de Dios?
En lugar del Gloria se reza:
Gloria a la Trinidad del Cielo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Honor a la Trinidad de la Tierra: Jesús, María y José.
Oración Final

Oh Jesús, que nuestras familias como sean como la tuya de Nazaret, y sus grandes virtudes puedan conocer. Que amemos a todos nos manda el Señor, con todas las fuerzas con que amamos a Dios. Que al fin de nuestra vida, y con Tu Protección, tengamos la dicha de nuestra salvación. Oh Jesús, Tú que viniste al mundo para ser el servidor de los hombres, haz que, imitando Tu Ejemplo de Amor y Misericordia, seamos generosos en el servicio hacia nuestros hermanos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, Amén.
Consagración al Divino Niño Jesús
Niño Divino Jesús que de los cielos bajaste como prenda del Amor de Dios, haz que aprendamos, según tu ejemplo, a honrar al Padre, Nuestro Creador. Guía nuestra vida, Jesús Niño Adorado, y haz que dejemos de obrar mal; que en las familias siempre sepamos vivir en paz. Que en la alegría y el amor fraterno, en nuestra patria reine Tu Amor Divino; para que todos por igual sientan Tus Bendiciones con gran fervor. Con tus bracitos siempre abiertos, Niño Divino y Redentor Nuestro, los corazones como la mente sientan presente Tu tierno Amor. En nuestra vida y en nuestra muerte, amable hermano y Dios Salvador Nuestro, que te sigamos con ansia fuerte, cumpliendo todos nuestra misión.