
María, Virgen y Madre de Cristo, es el enlace, ese vínculo con el eterno principio femenino que existe dentro de todos y cada uno de nosotros. Ese principio encarna la Verdad, el Amor y la Entrega de Sí mism@, conocido como Amor Incondicional a otr@s. Ella es la primera de tod@s l@s Sant@s, pues desde el Principio fue destinada a ser la Vasija Pura e Inmaculada a través de la cual Jesús, Luz de Dios y Verbo Eterno, penetró en este mundo nuestro.
María, gracias a su constante intercesión, obtiene para todos y cada uno de nosotros la Gracia de DIOS, y es uno de los canales de la Divinidad por el que nuestros corazones pasan a ser purificados y preparados para recibir a DIOS en nuestro fuero interno y a verle en lo externo. Las Letanías Lauretanas describen para nosotros las diversas maneras que Ella tiene para manifestar esa Su principal función para con esta humanidad.
María es honrada y venerada como la Gran Madre arquetípica de nuestra memoria ancestral, esa imagen de Fertilidad, Fecundidad, Curación, Amor, lo Femenino Mágico que todos, consciente e inconscientemente, buscamos y aspiramos para mejorar este mundo. Ella se aparece, como siempre, en los momentos sombríos al inocente y puro de corazón, sin importar su edad, aportando esperanza y consuelo, así como viene a recordarnos, de miles de maneras posibles, la Palabra de DIOS, las enseñanzas de Su Divino Hijo Jesús, Señor de los Cielos y de la Tierra.
Los altares dedicados a la Santísima Virgen María en todo

Al María ser llevada en cuerpo y alma al Cielo, Ella anticipó para todos y cada uno de nosotros el destino final nuestro. Y la celebración de este hecho, marcado por la cordialidad, la alegría, la curación y el júbilo, hace abrir nuestros corazones al Amor y solícito cuidado que la Gracia de Dios, por medio de la Santísima Virgen, derrama sobre nosotros, acercándonos aún más a Su Amor y a Su Presencia, y al Amor y a la Presencia de Dios en Paternidad-Maternidad, Verbo, Luz y Espíritu. Esta Gracia es una manifestación de Su vínculo muy especial con el Espíritu Santo, y procede de Su Inmaculado Corazón, un corazón atento, compasivo y cariñoso como ninguno, dedicado y delicado en plantear nuestras necesidades a Jesús, que es DIOS, tal y como lo hizo en Caná: "No tienen vino... Haced lo qu Él os diga" (Juan 2, 3 y 5).
Antes de finalizar, les pedimos disculpas por no haber actualizado esta bitácora, pero pronto seguiremos con nuestro recorrido por los mensajes y apariciones marianas que estaremos recorriendo en las Peregrinaciones a Europa, cuyos planes y detalles están descritos en la página http://www.viajesmarianos.blogspot.com.